lunes, 13 de julio de 2020

Fracaso escolar

Aunque la tasa de abandono escolar temprano se redujo en España en 2019 a un 17,3% (frente al 17,9% de 2018), sigue siendo de las peores a nivel de la Unión Europea.

La mayoría de casos de Fracaso escolar suelen detectarse a partir de los 11 años, pero es muy probable que antes existieran ciertos indicadores. El niñ@ desde el principio nos puede dar muestras de que algo no va bien: por sus problemas de conducta, carácter retador, falta de concentración, cambio repentino en las notas…

Lo importante, es actuar enseguida, ya que el paso del tiempo no resolverá el problema, sino que lo agrandará. Cuanto más enquistado esté y mayor sea el chic@, peor pronóstico para el éxito de la intervención. Estos casos deben ser abordados desde el colegio, desde la familia, así como con la ayuda de un psicólogo e de un psicopedagogo para establecer el hábito de estudio necesario.

 

Definición de Fracaso escolar

El fracaso escolar se define como la dificultad para superar las diferentes etapas de enseñanza obligatoria que, en el caso de España, se establece hasta los 16 años (4º ESO). Esto puede derivar en un abandono escolar prematuro, repetición de cursos, dificultades graves de aprendizaje y, a largo plazo, dificultades de inserción laboral. 

Por tanto, no debemos olvidarnos de ese grupo  de chic@s que sí consigue el título de la ESO, pero no consiguen ningún otro título que les permita formarse en una profesión específica.

Así que, no todo se resuelve aprobando la ESO como sea, el fracaso escolar va mucho más allá.


Tipos de Fracaso escolar

  • Primario: aparece en los primeros cursos y se caracteriza por problemas de rendimiento académico. La detección temprana, seguimiento e intervención serán fundamentales para tratar estas dificultades y evitar el fracaso escolar.
  • Secundario: normalmente aparece en el último ciclo de Primaria y el paso a Secundaria en alumnos que hasta entonces “sacaban buenas notas”. El paso del colegio al instituto y cambios personales como la adolescencia, son las causas más comunes.
  • Circunstancial: es transitorio, ya que aparece en un momento concreto por causas excepcionales (cambio de residencia, de colegio, divorcio de los padres…). Es vital identificar bien los motivos para abordarlo rápidamente y evitar un fracaso a largo plazo.
  • Habitual: ocurre cuando el alumno ha sufrido problemas de rendimiento escolar desde siempre. Las causas más habituales son trastornos de aprendizaje, retrasos en el desarrollo o desestructuración familiar y falta de apoyo.

Causas del Fracaso escolar

Las causas principales  las podemos clasificar en tres grupos:

1. Alumno

  • Trastornos de aprendizaje: dislexia, discalculia, TDAH, etc.
  • Trastornos del lenguaje: tartamudez, TDL (trastorno desarrollo del lenguaje), dislalias, etc.
  • Discapacidad visual o auditiva.
  • Trastornos psicológicos y emocionales: fobias, problemas sociales, baja autoestima, etc.
  • Acoso escolar: influirá de manera determinante en su capacidad de concentración y en su rendimiento.
  • Adicciones a sustancias: pueden aparecen en Secundaria e influir claramente en su capacidad de atención, motivación, absentismo…
  • Uso abusivo de las Nuevas Tecnologías: cada vez aparece en edades más tempranas. Influirá en su concentración, falta de horas de sueño, cansancio, “síndrome de abstinencia”, etc.

 2. Entorno

La familia es un aspecto clave en la educación para evitar el fracaso escolar y un abandono prematuro de los estudios. Así, puede influir:

  • El nivel económico: los alumnos de sectores más desfavorecidos tienen más riego de obtener peores resultados académicos.
  • La formación y el nivel cultural de la familia.
  • Su origen: los inmigrantes pueden tener más problemas por la dificultad por entender el idioma.
  • La falta de comunicación de la familia con el centro escolar.
  • Problemas graves en la estructura familiar: violencia de género, maltrato infantil, adicciones, etc.

Por esta razón, es el sistema educativo quién deberá proporcionar una respuesta educativa que fomente la igualdad de oportunidades de tod@s los alumn@s.


3. Sistema educativo

  • Métodos obsoletos que fomenten la repetición y memorización y no la creatividad y el pensamiento crítico.
  • Condiciones del centro: una ratio elevada, falta de infraestructuras o de recursos educativos adecuados…
  • Falta de respuestas individuales: no implementar un PI (Plan Individualizado) será muy perjudicial a corto-medio plazo.
  • Inestabilidad del sistema: cambios de leyes educativas.
  • Inestabilidad del profesorado por el problema de los interinajes.

El bucle del Fracaso escolar

Al final, el problema del fracaso escolar es tan complejo, que si no se aborda adecuadamente, entramos en un bucle muy difícil de romper: las bajas notas y estigmatización afectan a la autoestima del chic@, baja su autoconfianza, adoptan el rol de mal estudiante porque dejan de creer en sí mismos, acaba sintiendo un rechazo total hacia el colegio, el colegio puede sentirse ya sin recursos y finalmente todo acaba en fracaso escolar.

De hecho, en casos más graves, muchos de estos chic@s acaban teniendo una relación complicada con sus padres, se sienten juzgados y etiquetados y optan por seguir con ese rol de “chico malo” que es lo que conocen y les da esa “falsa seguridad”. Por ello, pueden acabar recurriendo a “malas compañías” para encontrar un lugar en el que se sientan reforzados y eso aumentará los problemas de conducta.

Lo último que debemos hacer es martirizarnos como padres, debemos asumir nuestra responsabilidad y ponernos “manos a la obra” para solucionar el problema. Acudiendo a todos aquellos especialistas que puedan ayudarnos: el EAP (Equipo de Atención Psicopedagógica) del colegio quien nos orientará e incluso nos informará sobre becas para recibir ayuda económica para su tratamiento, profesores de refuerzo escolar, logopeda, psicólogo, etc.


Qué hacer y Qué no hacer

Para prevenir todo ello, es básico que tengamos claro qué hacer y qué no hacer ante un posible caso de fracaso escolar.

Qué hacer

  • Intervenir lo antes posible
  • Diagnóstico si hay un posible trastorno de aprendizaje
  • Establecer alianza con el colegio
  • Triángulo de abordaje: colegio-familia-profesional
  • Crear un método de estudio más que un “repaso escolar”
  • Fomentar la autoestima del chic@
  • Estar presentes e implicados
  • Mirarlos con empatía: detrás del problema hay una buen chico

 Qué no hacer

  • Dar el caso por perdido
  • Pensar que “ya se le pasará”
  • Amenazarles con un internado o con ponerles a trabajar
  • Estigmatizar al niño
  • Castigarle y reñirle sin más
  • Culpar a los demás (escuela, sociedad…) y no afrontar el problema


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