martes, 28 de abril de 2020

Las Funciones Ejecutivas en edades tempranas

Las Funciones Ejecutivas (FE) agrupan diversos procesos cognitivos implicados en el control, organización y cognición en general y el desarrollo del córtex prefrontal (entre otras áreas cerebrales como el córtex parietal, cingular y insular).

Dentro de las funciones ejecutivas más relevantes se encuentran el autocontrol, la memoria de trabajo, la organización, la planificación, la solución de problemas y flexibilidad de pensamiento (Best, Miller y Naglien, 2001), siendo habilidades que resultan imprescindibles para el proceso de aprendizaje en la infancia.

Así pues, teniendo en cuenta lo mencionado, igual que escuchamos y tenemos muy presente la estimulación lingüística, de la conciencia fonológica,...¿por qué no damos la importancia que merece a la estimulación de las FE desde edades tempranas?
Se ha demostrado que en el periodo de la primera infancia existe una mayor sensibilidad al incremento del funcionamiento ejecutivo (Roa, 2015) y, por lo tanto, resulta una etapa crucial para potenciar la autoregulación del comportamiento y el bienestar social en edades posteriores, siendo potentes indicadores de la autoregulación cognitiva y del comportamiento. Aún y así, es cierto que la capacidad de planificar con antelación, inhibir una respuesta y pasar de una tarea a otra mejora gradualmente con la edad en los infantes y adolescentes y, por lo tanto, cualquier niño a edades tempranas tendrá dificultades para regular sus emociones, permanecer concentrado por largos ratos o mientras realice una tarea, resistir a las tentaciones con las que se encuentre,...

Por lo tanto, es imprescindible seguir potenciándolas desde edades tempranas hasta edades más avanzadas para así optimizarlas en la edad adulta.

domingo, 19 de abril de 2020

"Un rato al aire libre" para los niños a partir del 27 de abril

El gobierno anunció ayer que los niños podrán salir “un rato al aire libre” a partir del próximo 27 de abril. Padres y madres, especialistas de Pediatría y otros colectivos de la Salud Infantil lo venían pidiendo hace semanas. Expertos de Psiquiatría y Psicología empezaban a alertar de posibles alteraciones en el desarrollo de nuestros pequeños. Por otro lado, las Naciones Unidas instó a todos los estados a partir del 8 de abril a que pudieran aplicar la salida de los niños.
En otro post anterior comentamos que los niños estaban llevando el confinamiento mejor que muchos adultos. Los motivos, a mi juicio, eran principalmente dos:
Los niños (especialmente los más pequeños) viven conectados al presente. No tienen la misma noción del tiempo que nosotros y, sobre todo, no anticipan situaciones que aún no han pasado. Esto es vital para no sufrir ansiedad y es algo en los que debemos trabajar muchos adultos para vivir en calma el día a día.
El segundo motivo era la presencia de los padres 24 horas al día. En muchos casos (sanitarios, trabajadores de supermercado, etc.) no era así. Pero en la gran mayoría de los hogares, los niños estaban en una situación nunca antes vivida: sus padres cuidando de ellos 24 horas al día. Sus padres son su refugio, su seguridad, su sostén… y eso parecía ser suficiente para verlos felices.
Ahora bien, aproximadamente a partir del mes muchas familias empezaron a constatar alteraciones importantes en los hábitos de los niños y regresiones importantes. Respecto a los hábitos, muchos niños empezaban a comer y dormían peor, etc. Y es que los estudios muestran evidencia de que a partir de 10 días de confinamiento se pueden alterar los patrones fisiológicos de cualquier persona.
Por otro lado, las regresiones. Esto empezaba a notarse en los más pequeños: niños que ya dormían solos y volvían a la cama de sus padres, que ya tenían controlados los esfínteres y volvían de nuevo a hacérselo encima, que ya jugaban solos y volvían a perseguir a los padres por toda la casa…  Y esto por qué sucede. Los niños utilizan uno de los únicos recursos de que disponen en esta época para obtener consuelo, protección, seguridad: volver a una etapa anterior donde ellos saben que obtenían todo esto todo el tiempo.
Además de ello, no debemos olvidarnos de los niños que presentan algún trastorno del desarrollo o necesidades especiales: TEA, TDAH, etc. donde sabemos que las alteraciones pueden ser aún mayores. Por esto mismo, los niños con TEA han podido salir un ratito al día desde el prácticamente el inicio del confinamiento.
Por tanto, nos acercamos a una nueva fase donde los niños podrán disfrutar del aire libre, de la naturaleza en algunos casos, del sol, podrán correr y saltar con más libertad que en sus casas. Pero no podrán socializar ni jugar con otros niños, algo vital en le infancia. Por tanto, debemos explicar muy bien a los niños en qué consistirán estos paseos y el motivo por el cual no podemos jugar con otros adultos o niños, ni podrán ver aún a sus abuelos o primos. Y es que explicarles la verdad a los niños, por muy pequeños que sean, es lo que les hará confiar en nosotros y saber que TODO SALDRÁ BIEN.
Mucho ánimo a todos. No nos olvidemos de nuestra responsabilidad como adultos de hacer las cosas bien para evitar contagios. 

sábado, 11 de abril de 2020

El triángulo de la atención

EL TRIÁNGULO DE LA ATENCIÓN, estaría formado por los Pensamientos, las Emociones y las Sensaciones.

¿Sabemos la diferencia entre estos tres conceptos?
Las sensaciones serían las impresiones que produce algo y que son captadas por los sentidos. Sería como la "huella" que nos dejan estos estímulos a nivel más corporal.
En cambio, las emociones serían el resultado de le exhaustiva evaluación que hacemos delante de una situación; la conciencia inmediata, la experiencia vivencial de lo que ocurre en el momento en la interacción entre nosotros y nuestro entorno. Como consecuencia, surgirían los sentimientos, que nos permiten ser conscientes de nuestro estado anímico.
Y, finalmente, los pensamientos, que serían los fenómenos psicológicos racionales que expresan la capacidad mental que tenemos los humanos para ordenar y dar sentido a toda la información que percibimos y, a través de la que podemos crear también nuestros propios conceptos.

EQUILIBRIO


Mantener en equilibrio estos tres aspectos no resulta para nada fácil y se trata de una habilidad y capacidad a entrenar: la Atención Plena o Mindfulness.
Según el Dr Jon Kabat-Zinn, “la conciencia que aparece al prestar atención deliberadamente, en el momento presente y sin juzgar, a cómo se
despliega la experiencia momento a momento.
Así pues, una forma saludable de relacionarse con uno mismo y con los demás y de sentirse conectado con la realidad serían las bases de este triángulo de atención y de nuestra capacidad de atención plena.

Debemos ser conscientes en todo momento de nuestras sensaciones más directas para poder contemplar y aceptar nuestras emociones y los pensamientos asociados a estas.

Cuando pretendemos cambiar algún patrón de pensamiento negativo, nuestro estado anímico o incluso nuestra forma de relacionarnos con el mundo no podemos pretender partir de la acción, debemos partir del ser, debemos partir de nosotros y de analizar todas estas interacciones que existen en nuestro interior.

Debemos darle el peso que merecen a las sensaciones y a las emociones de igual forma que a los pensamientos porque sino aquí es donde radicará nuestro problema.

Y tú ¿estás prestando atención?