sábado, 11 de abril de 2020

El triángulo de la atención

EL TRIÁNGULO DE LA ATENCIÓN, estaría formado por los Pensamientos, las Emociones y las Sensaciones.

¿Sabemos la diferencia entre estos tres conceptos?
Las sensaciones serían las impresiones que produce algo y que son captadas por los sentidos. Sería como la "huella" que nos dejan estos estímulos a nivel más corporal.
En cambio, las emociones serían el resultado de le exhaustiva evaluación que hacemos delante de una situación; la conciencia inmediata, la experiencia vivencial de lo que ocurre en el momento en la interacción entre nosotros y nuestro entorno. Como consecuencia, surgirían los sentimientos, que nos permiten ser conscientes de nuestro estado anímico.
Y, finalmente, los pensamientos, que serían los fenómenos psicológicos racionales que expresan la capacidad mental que tenemos los humanos para ordenar y dar sentido a toda la información que percibimos y, a través de la que podemos crear también nuestros propios conceptos.

EQUILIBRIO


Mantener en equilibrio estos tres aspectos no resulta para nada fácil y se trata de una habilidad y capacidad a entrenar: la Atención Plena o Mindfulness.
Según el Dr Jon Kabat-Zinn, “la conciencia que aparece al prestar atención deliberadamente, en el momento presente y sin juzgar, a cómo se
despliega la experiencia momento a momento.
Así pues, una forma saludable de relacionarse con uno mismo y con los demás y de sentirse conectado con la realidad serían las bases de este triángulo de atención y de nuestra capacidad de atención plena.

Debemos ser conscientes en todo momento de nuestras sensaciones más directas para poder contemplar y aceptar nuestras emociones y los pensamientos asociados a estas.

Cuando pretendemos cambiar algún patrón de pensamiento negativo, nuestro estado anímico o incluso nuestra forma de relacionarnos con el mundo no podemos pretender partir de la acción, debemos partir del ser, debemos partir de nosotros y de analizar todas estas interacciones que existen en nuestro interior.

Debemos darle el peso que merecen a las sensaciones y a las emociones de igual forma que a los pensamientos porque sino aquí es donde radicará nuestro problema.

Y tú ¿estás prestando atención?

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