lunes, 3 de agosto de 2020

La pedagogía Waldorf

La semana pasada os explicamos brevemente en qué consistía la Pedagogía Montessori. Hoy nos gustaría hablaros sobre la Pedagogía Waldorf, ya que comparten muchos valores y la filosofía que hay detrás de respeto absoluto al niño y su propio ritmo.


Definición y orígenes de la pedagogía Waldorf

Como en el caso de Montessori, la Pedagogía Waldorf tampoco es una moda. Proviene de la investigación de Rudolf Steiner (1861-1925), filósofo austríaco, quien desarrolló una pedagogía pionera basada en el desarrollo apropiado a cada edad.

Es decir, se trata de una pedagogía que busca educar al niño desde una visión global y holística, teniendo en cuenta todas sus potencialidades, su motivación e intereses y respetando su ritmo y etapas evolutivas.

En la actualidad es el movimiento escolar privado más grande del mundo.  Es otra de las muchas alternativas a la enseñanza tradicional, pero en cualquier caso, lo importante es que el sistema educativo vaya introduciendo progresivamente todas las metodologías que está demostrado que se adaptan al niño y no al revés.

 

Etapas educativas en la Pedagogía Waldorf

  • Primera Etapa, Jardín de Infancia (de 0 a 7 años): se centra en el desarrollo de la psicomotricidad, la habilidad visoespacial y conocimiento del entorno físico que les rodea. En esta etapa, los niños son experimentadores por excelencia y tienen muy buena capacidad de imitación. Debemos ayudarles a desarrollar su voluntad y motivación y esto lo conseguiremos desde el movimiento libre, el juego y la imitación.

  • Segunda Etapa, edad escolar (de 7 a 14 años): se centra en la creatividad y la imaginación. Materias como las matemáticas o los idiomas se imparten a través de juegos y dinámicas. En esta etapa, el infante aprende cómo funciona el mundo y lo aprenderá mejor si los contenidos se le presentan de forma creativa e imaginativa.

  • Tercera Etapa, edad joven y adulta (de 14 a 21 años): se trata de ayudar a asentar los cimientos de su personalidad y su espíritu crítico. En esta etapa, la tarea fundamental es motivar a los alumnos para que emitan juicios de valor y pensamiento crítico sobre el mundo que los rodea.

Cómo practicar Waldorf en casa

  • Ofrecer materiales naturales: ofrecer a los niños la posibilidad de experimentar con materiales artísticos naturales, no tóxicos y sencillos o materiales reciclados. Esto promueve sin duda imaginación y creatividad.
  • Juguetes: “Cuánto menos haga el juguete, más hará la mente del niño”. En general, desde esta pedagogía se evita al máximo los juguetes hiperestimulantes con mucho sonido o mil cosas por hacer. Cuanto menos haga el juguete, más desarrollará el niño su imaginación y creatividad. Uno de los juguetes por excelencia, es el Arcoiris Waldorf. En otro post, os hablaré de sus principales beneficios y por qué es el “mejor juguete del mundo”.
  • Cuentos: es muy beneficioso para los niños a cualquier edad. Lo importante es elegirlos según su edad. También es importante contar cuentos orales, sin el apoyo de imágenes para fomentar su imaginación. Y también es importante inventarnos historias: descubriremos nuestra capacidad innata de crear historias y nuestros hijos se nutrirán de nuestras raíces.
  • Buscar alternativas al uso de la tecnología: en otro post ya hablamos de los estudios sobre el uso inadecuado de la tecnología en los más pequeños. La idea es ofrecerles alternativas más reales, alejadas de lo virtual.
  • Compartir actividades domésticas: realizar actividades de la vida práctica con los niños es una actividad en familia esencial, ya que los niños realizan cosas con un propósito familiar, se sienten útiles y partícipes y aprenden muchísimo. Haciendo una pizza casera o ayudando a poner el lavavajillas aprenderán muchísimo.
  • Crear y celebrar las tradiciones familiares: no importa si son celebraciones ligadas a una religión o cultura o las creamos nosotros mismos. Las celebraciones, generalmente van ligadas a los ciclos estacionales o de la naturaleza. Es otro modo de crear aprendizaje multisensorial, ofrecer valores, vivencias y fomentar el valor de la familia.
  • Rutinas: las rutinas ayudarán al niño a sentirse mucho más seguro emocionalmente.
  • Respetar el descanso y el juego: es esencial que el niño no esté lleno de horarios lectivos y actividades extraescolares. El juego libre, estar en familia o incluso estar en soledad y aburrirse, es necesario para su desarrollo.
  • Respetar su ritmo evolutivo: sin comparaciones, sin presiones… respetando siempre la etapa evolutiva en la que se encuentran. Aunque aquí estamos algo lejos aún, en Finlandia lo aplican en la escuela, donde empiezan a leer a los siete años.
  • Salir a la naturaleza: les permitirá el contacto con los elementos naturales, el descubrimiento progresivo de la naturaleza y movimiento físico, vital para su salud.
  • Autocuidado: teniendo en cuenta que los niños aprenden principalmente por imitación, ¿qué imagen de nosotros queremos mostrarles? Ofrecerles una presencia de calidad no debería ser un lujo, es una necesidad. A veces la utopía de la conciliación familiar lo impide, por eso es importante cuidarnos como adultos, para darles lo mejor de nosotros mismos. Tener espacio para desestresarme y cuidarme, es enseñarles a ellos también a que el autocuidado es un valor esencial.

"Nuestro máximo esfuerzo ha de ser desarrollar seres humanos libres, capaces de otorgar un propósito y un objetivo a sus vidas por sí mismos" – Rudolf Steiner


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