miércoles, 10 de abril de 2013

Las somatizaciones: signo de ansiedad, depresión... Cuando el cuerpo nos avisa.

Cada vez se conoce más la idea de que la mente y el cuerpo están en continuo contacto. Ya ha quedado muy lejos el pensamiento dualista que afirmaba que mente y cuerpo eran dos cosas absolutamente distintas y que nada tenían que ver. El filósofo Hipócrates fue uno de los primeros en demostrar que muchas enfermedades no tenían una base orgánica.

Somatización se define como la aparición de síntomas que la persona atribuye en un principio a una enfermedad fisiológica y que no tienen ninguna base orgánica. De hecho, la somatización es un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo para poder sacar hacia fuera lo que ha quedado reprimido y bloqueado.


La realidad es que nuestro cuerpo es como una esponja que absorbe todo lo que nos pasa. Y es gracias a este mecanismo que muchas veces nos damos cuenta de que algo no está funcionando bien en nuestra vida.
Muchos estados de ansiedad o incluso de depresión se van creando poco a poco, pero nosotros no les prestamos atención. Nos vemos inmersos en un ritmo frenético de vida que nos impide tomar conciencia de cómo está nuestro cuerpo. 
A veces somos conscientes de que estamos cansados, pero no profundizamos mucho más en esta sensación. Es muy importante tener en cuenta que muchos síntomas corporales nos avisan de que algo no está bien en nuestra vida y sería necesario cambiarlo. Pero nosotros en lugar de hacerle caso, lo tapamos: que nos duele la cabeza porque no hemos dormido, nos tomamos un analgésico; que nos puede el sueño, nos tomamos un café, etc. 
Cuando se da el proceso de somatización, la persona se queda en su interior algo que debería salir hacia afuera. Suele pasar sobre todo con la rabia, que no se saca hacia el exterior. Se observa especialmente en personas obsesivas, que dan vueltas y vueltas a la misma idea sin sacarla hacia el exterior. Es muy frecuente que estas personas se hagan suyos los problemas y acaben somatizando. Como no se atreven a sacar la rabia hacia la persona que lo ha provocado o canalizarla de una forma sana (haciendo deporte, gritando con una almohada en la boca, etc.) somatizan enfermedades (dolor de cabeza, dolor de estómago, tensión en los hombros ...).
Otra forma de somatizar tiene que ver con el bloqueo de nuestras emociones en general. Está muy presente ese tipo de somatización en personas que tienen dificultades en mostrar sus sentimientos (especialmente aquellos como la tristeza o la ternura, que culturalmente han sido catalogados como signo de debilidad, sobre todo por los hombres). En estos casos, si la persona no expresa la emoción obliga a su cuerpo a retener el movimiento corporal que acompaña al emoción correspondiente y esta energía puede quedarse bloqueada en los músculos en forma de lo que llamamos "corazas musculares".
Afortunadamente, la sabiduría de nuestro cuerpo hace lo que muchas veces nosotros no hacemos por él, poniendo en evidencia toda aquella energía reprimida que debe ser canalizada, llegando así al equilibrio.
En muchas ocasiones, la persona llega a la consulta del psicólogo o del médico debido a contracturas musculares que no tienen explicación médica, a causa de un dolor de cabeza o de estómago sin causa orgánica ... En estos casos, la persona no ha prestado suficiente caso a su estado psicológico y finalmente ha sido el cuerpo quien la puso en sobreaviso de que algo estaba pasando.
En resumen, no debemos dejar de lado ni nuestro cuerpo ni nuestra mente. Debemos hacer de ellos nuestros aliados, ya que si no los cuidamos y no les prestamos la suficiente atención acabarán reclamando a gritos que les hagamos caso.
También se debe tener presente otras vías para curar estos síntomas, que no sean la medicación. La medicación es un recurso muy útil en determinados casos, pero en otros sólo es una especie de "parche", por lo que la terapia psicológica, bioenergética, la relajación,  etc. son vías que nos sirven para conocer nuestra mente y nuestro cuerpo y cuidarlo de forma sana e integral.

M ª Carmen Gutiérrez Conde
Psicóloga col. nº 13432
Crecimiento Global
Tel. 938646042 / 647413240

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