Bullying es una palabra que desafortunadamente está muy de moda. Significa "intimidación" y se utiliza para describir las situaciones de agresiones físicas y psicológicas que sufren muchos niños por parte de otros compañeros de la escuela.
El Bullying se refiere a todas las formas de agresiones (intencionadas y repetidas) que uno o varios alumnos ejercen sobre un compañero. Quien provoca la agresión lo hace para imponer su poder sobre el otro y tenerlo bajo su dominio meses o incluso años. Lo hace mediante insultos, amenazas, palizas ... Quien lo padece se ve inmerso en una situación de miedo, angustia, dolor ... que puede derivar en consecuencias.
Ante la multitud de casos de Acoso Escolar que aparecen últimamente en los medios de comunicación, mucha gente se hace la pregunta si este fenómeno siempre ha existido o es ahora que está de moda en la prensa. Aunque siempre han existido casos de acoso en la escuela, es bien cierto que en los últimos años este fenómeno ha aumentado desorbitadamente. Muchos psicólogos nos planteamos el motivo de este aumento. En muchos casos, esto tiene que ver (en parte) con la educación que están recibiendo y han recibido los niños y adolescentes de la generación actual. Se podría decir que se está dando un problema generacional que tiene que ver con la educación que los padres actuales recibieron en su niñez. Este padres provienen de una generación donde la educación era muy
rígida y con límites muy estrictos. Algunos padres, intentando compensar esto, han pasado al otro extremo y han educado a sus hijos sin ningún tipo de límite. Hay que saber que los límites, puestos adecuadamente, son absolutamente necesarios para el desarrollo psicológico y social del niño. Si el niño es educado en un ambiente sin normas y donde todo está permitido, la respuesta futura puede ser adolescentes tiranos, violentos, exigentes. Como comentan algunos profesores, muchos niños escuchan por primera vez un NO cuando llegan a la escuela, está claro, pues, que se tratará de niños con serias dificultades para respetar los límites y las normas.
¿Cómo detectar si nuestro hijo está sufriendo una situación de Acoso Escolar?
Se puede dar que nuestro hijo nos hable abiertamente del problema que está sufriendo, pero en ocasiones, puede ocurrir que el niño no quiera explicar lo que le está pasando o incluso llegue a pensar que nadie lo puede ayudar en esta situación.
Algunos indicadores que nos pueden alertar de esta situación son:
- Cambios en su carácter o estado de ánimo.
- Demandas de dinero injustificadamente o con excusas poco creíbles.
- Señales de veces que justifica continuamente como caídas.
- Nos pone excusas para no ir a la escuela (incluso finge oa veces s'autoprovoca enfermedades) o nos informan en la escuela de faltas injustificadas.
- Se muestra especialmente nervioso los domingos por la noche.
¿Cómo actuar si nuestro hijo es la víctima?
Es importante que si detectamos o sospechamos que nuestro hijo está siendo víctima de esta situación, estamos abiertos a escucharlo y fomentamos un clima de comunicación y confianza. Debemos mostrarle calma ante este problema y hacerle saber que como padres le ayudaremos a resolver la situación (en ningún caso el animaremos a que lo resuelva mediante la violencia o el ridicularitzarem por no saber defenderse ).
Es fundamental también que informamos en la escuela y esta siga algún protocolo de actuación, por lo tanto, pediremos cooperación en la escuela.
Si sospechamos que nuestro hijo tiene un grado elevado de ansiedad, miedo, sentimientos de tristeza ... habrá que pedir valoración de un psicólogo y, si fuera necesario, iniciar terapia. El psicólogo puede ayudar al hijo ya la familia a abordar esta situación y superarla.
Si la situación no mejora o empeora, habrá que consultar con un abogado y, como medida extrema (siempre y cuando las otras opciones no hayan resultado) cambiaremos a nuestro hijo de escuela.
¿Cómo actuar si nuestro hijo es el acosador?
Es especialmente duro para los padres reconocer una conducta tan negativa en su hijo. En estos casos, es muy importante que los padres no ignoren lo que está pasando y actúen con calma. Habrá también establecer un clima de comunicación y confianza con nuestro hijo y averiguar por qué está actuando de esta forma. Nos interesaremos positivamente por nuestro hijo, le demostraremos afecto y estimación, pero también le dejaremos claro que no aceptamos su comportamiento y le hablaremos de las consecuencias si no cambia esta conducta. En ningún caso, utilizaremos la violencia o los insultos para tratar el problema y es importante que establecemos un canal de comunicación con la escuela y el equipo de psicólogos para abordar conjuntamente el problema.
M ª Carmen Gutiérrez Conde
Psicóloga col. n. 13432
Creixement Global
Tel. 938646042 / 647413240
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