El trastorno por
déficit de atención con o sin hiperactividad (TDA o TDAH), es un trastorno de
origen neurobiológico que se inicia en la infancia y se caracteriza por
dificultades para mantener la atención, hiperactividad (exceso de movimiento) e
impulsividad (dificultades el control de los impulsos).
Es
un trastorno muy prevalente que, según estimaciones, afecta a entre un 5 % y
un 10 % de la población infanto-juvenil, siendo unas 3 veces más
frecuente en varones.
No
obstante, es importante diferenciar este trastorno de niños que son algo movidos
o despistados. Para hablar de trastorno es necesario que los síntomas se den
con mayor frecuencia e intensidad que en niños de su misma edad, y que estos
síntomas interfieran en su vida diaria creando malestar tanto en el niño como
en el entorno.
Representa
entre el 20 % y el 40 % de las consultas en los servicios de
psiquiatría infanto-juvenil.
Según los síntomas
principales, existen 3 subtipos de TDAH,
según los principales síntomas:
• Con predominio del
déficit de atención.
• Con predominio de
la impulsividad-hiperactividad.
• Combinado: aparece
tanto la falta de atención como la hiperactividad.
Los síntomas
Como ya hemos
comentado, dependiendo del subtipo de trastorno, cada niño presentará ne mayor
intensidad unos síntomas u otros. A continuación presento los principales
síntomas asociados al trastorno. No obstante, para diagnosticar el TDAH no
basta con que el niño presente alguno de los siguientes síntomas, sino que es
un profesional quien deberá diagnosticarlo según la clínica de cada paciente.
Las
dificultades de atención y concentración
• Dificultad para establecer
un orden en sus tareas o pequeñas responsabilidades en casa.
• Le cuesta
"ponerse en marcha" (para vestirse, hacer los deberes ...), ya que se
distrae fácilmente con otras cosas poco importantes.
• Presenta problemas
para mantener la atención durante un rato y tiende a dejar una actividad por
otra al poco rato de haber empezado.
• Pierde u olvida
cosas importantes (agenda, chaqueta, juguetes, ...).
• Parece no escuchar
cuando se le habla, tiene dificultades para seguir la conversación, así como
para seguir las normas de un juego o actividad.
• A menudo olvida sus
obligaciones cotidianas (lavar los dientes, recoger la ropa, ...).
• Comete errores por
descuido en las tareas escolares u otras actividades.
• Dificultades para
prestar atención a dos cosas a la vez (por ejemplo escuchar al profesor y
apuntar en la agenda al mismo tiempo, ...)
• A menudo evita
tareas que requieren un esfuerzo mental durante un largo rato.
Cuando el síntoma
predominante es el déficit de atención, es más difícil detectarlo, ya que no se
presentan en tan alto grado problemas de comportamiento. Con frecuencia estos
niños son tildados de despistados, pasivos y desorganizados, no molestan en el
aula pero tampoco aprenden, su rendimiento no resulta satisfactorio y a veces
hay dudas sobre su inteligencia, aunque suele ser normal.
La
impulsividad
La impulsividad
implica una falta de autocontrol, es decir, tienen dificultades tanto para
controlar su conducta como para controlar sus emociones (cuando se enfadan no
controlan la rabia por ejemplo), como para controlar sus pensamientos
(organizarlos , callar algunos ...).
Principalmente
implica las siguientes dificultades:
• A menudo tiene
dificultades para pensar antes de actuar.
• Se precipita en el
habla diciendo cosas en momentos poco oportunos o respondiendo a preguntas
antes de tiempo.
• Falta de
planificación (por ej, se ponen a hacer los deberes sin tener el material).
• Interrumpe o se
meten a menudo en las conversaciones, juegos o actividades de los demás.
• Impaciencia, con
dificultades para aplazar la gratificación inmediata.
Respecto a su
rendimiento escolar, debido a la impulsividad, empiezan las tareas sin terminar
de leer las instrucciones correctamente, deben controlar los impulsos para no
abandonar una tarea aburrida y para persistir en actividades la recompensa haya
a largo plazo. A menudo, cuando realizan tareas aburridas, emplean el menor
tiempo posible y parece que hacen un esfuerzo mínimo.
La
hiperactividad
La hiperactividad va
mucho más allá de ser un "niño movido", este síntoma implica ciertas
características que hay que conocer:
• Movimiento
frecuente de pies y manos.
• Se mueve con
frecuencia en su asiento, a menudo se levanta en situaciones donde debería
permanecer sentado.
• Le cuesta
entretenerse o dedicarse a actividades tranquilas.
• Habla excesivamente
(no pueden callar en clase, hacen ruidos con la boca, cantan ..).
Causas
Hay diferentes
teorías que tratan de explicar el origen del trastorno, sin embargo, existe un
consenso mayoritario en aceptar que es un trastorno de origen neurobiológico y
muy probablemente de transmisión genética.
Así mismo, la mayoría
de estudios afirman que los factores socio-ambientales no son la causa y que éstos
sólo pueden influir en un peor pronóstico, en la mayor gravedad de los síntomas
y en la aparición de otros síntomas o trastornos asociados (ansiedad,
dificultades de aprendizaje, problemas de conducta, etc.).
Diagnóstico
Para
el diagnóstico es imprescindible una completa exploración clínica obtenida de
los padres y maestros, así como la observación del chico. Es imprescindible realizar
un un análisis de los síntomas, su
duración, lugar donde aparecen y grado de malestar que representan para la vida
académica y social del chico. El diagnóstico del TDAH se ha de basar en
criterios clínicos y nunca en la puntuación obtenida en un único cuestionario.
El diagnóstico debe realizarse por personal sanitario especializado: psicólogo
clínico o psiquiatra infantojuvenil.
Tratamiento
El tratamiento que ha
demostrado mayor eficacia es el Tratamiento Multidisciplinar o Multimodal del
TDAH, que consiste en la intervención de uno o varios profesionales clínicos
(maestros, logopedas, reeducadores, psicólogos) para tratar de forma global
esta problemática. El tratamiento multidisciplinar consiste en la intervención
a tres niveles:
1. Tratamiento psicológico dirigido a padres, profesores
y niños. Esta vertiente del tratamiento debe llevarse
a cabo únicamente por psicólogos y contempla diferentes intervenciones:
- · Psicoeducación: información sobre el trastorno tanto al niño, los padres como los profesores.
- · Estrategias de modificación de conducta cuando el niño presenta dificultades de comportamiento.
- · Estrategias para fomentar el autocontrol y mejorar la autoestima del niño.
- · Herramientas y recursos para mejorar el proceso atencional, la adquisición de hábitos, mejorar las relaciones sociales, etc.
- · Trabajo con los padres y profesores para dotarlos de recursos para poder ayudar al niño en el proceso de tratamiento.
2. Tratamiento farmacológico (únicamente cuando es necesario). El
objetivo de la medicación es la mejora de los síntomas relacionados con el déficit
de atención. Los fármacos de primera elección son psicoestimulantes que
facilitan que el niño pueda mantener una atención constante y centrada mientras
dura el efecto del fármaco. El criterio para valorar si es necesaria o no la
medicación es la interferencia del trastorno (es decir, cuando el trastorno
causa mucha problemática en el niño a nivel escolar, social, emocional ...) y
es un psiquiatra infantil o neuropediatra quien de pautar el tratamiento.
3. Tratamiento psicopedagógico.
Esta parte del tratamiento está dirigida a mejorar las habilidades académicas
del niño, ya que la sintomatología del trastorno (la baja atención,
impulsividad o hiperactividad) perjudican los procesos de aprendizaje. La vía
de elección es la Reeducación psicopedagógica que aborda de una manera muy
específica estas dificultades de aprendizaje: mejorando las dificultades de
atención, aumentando la motivación por el estudio, mejorando la comprensión, el
cálculo, etc. con herramientas muy concretas que necesitan estos niños en su
proceso académico. Los profesionales que llevarán a cabo esta parte del
tratamiento suelen ser psicopedagogos, psicólogos o logopedas, dependiendo del
tipo de dificultades que presenta cada niño.
Mª Carmen Gutiérrez Conde
Psicóloga col. nº 13432
Creixement Global
Tel. 938646042 / 647413240