La ansiedad es una reacción humana natural, ya que tiene una función de supervivencia: es una señal de alarma cuando percibimos un peligro o amenaza.
Ante situaciones desconocidas o que nos suponen un reto es
normal sentir cierta ansiedad. De hecho, ese “poco de ansiedad” nos permite
estar más concentrados, puede ayudarnos a hacerlo lo mejor posible en
situaciones que requieren dar lo mejor de nosotros.
Cuándo se convierte en un problema
La ansiedad se convierte en malestar cuando respondemos de
forma intensa ante estímulos que no suponen un peligro real o cuando estamos
enfrentados a un cúmulo de situaciones estresantes a lo largo del día (trabajo
excesivo, no tener tiempo, preocupaciones económicas, laborales o
familiares….).
Cuando la ansiedad que es demasiado fuerte puede hacer que
nos sintamos confusos, cohibidos e incluso paralizados o incapaces de saber qué
hacer. El temor agudiza los sentidos, pero la ansiedad los paraliza.
Los trastornos de ansiedad se encuentran entre los problemas
de salud más comunes en nuestra sociedad. De hecho, es de las consultas más
frecuentes que se realizan en atención primaria.
Aunque los trastornos de ansiedad sean muy comunes, las
personas que los sufren pueden llegar a sentirse incomprendidas o muy solas.
Algunos síntomas fisiológicos de la ansiedad.
- Taquicardias o palpitaciones
- Sentir
una fuerte presión en el pecho.
- Falta
de aire.
- Fatiga
y cansancio.
- Molestias
digestivas.
- Sensación
de nudo en el estómago.
- Sensación
de mareo e incluso inestabilidad.
- Sudoración.
- Tensión
y rigidez muscular
- Dolor
de cabeza o de cuello.
Algunos síntomas psicológicos de la ansiedad
- Temor
constante por el futuro respecto a la familia, al dinero, al trabajo, o a
la enfermedad.
- Pensamientos
catastrofistas,
- Sensación
de agobio y de inquietud, de amenaza o peligro constante.
- Miedo
a perder el control e incluso temor a volverse loco.
- Incertidumbre.
- Dificultad
para tomar decisiones.
- Dificultad
para concentrarse o dejar la mente en blanco.
- Pensamiento
acelerado
- Pensamientos
obsesivos: aunque nos esforcemos en pensar en otra cosa, vuelven a
aparecer.
¿Qué podemos hacer si sufrimos ansiedad?
- Hablar
con alguien de confianza, compartir estos sentimientos. Como dice
Boris Cyrulnik “El no-compartir
emociones instala en el alma del herido una zona silenciosa que habla sin
cesar, como un altavoz que murmura en el fondo de sí un relato
inconfesable”.
- Hacer
ejercicio de manera regular. Está demostrado que el ejercicio genera
endorfinas, sustancias químicas que nos ayudan a regular el estado de médico.
- Acudir
a una revisión médica para descartar que no hay ningún problema físico
que pueda estar causando los síntomas.
- Un
buena higiene de sueño y una
alimentación saludable.
- Pasear
al aire libre, leer, dedicar un tiempo para ti.
- Buscar
ayuda psicoterapéutica.
Cómo nos puede ayudar la psicoterapia
La ansiedad aparece en nuestra vida por diversos factores.
Pero al final, nos da una lección: El cuerpo saca fuera, lo que no puede
tener dentro.
Los síntomas ansiosos, de hecho, son intentos de
tapar lo que nos falta. La ansiedad, si nos enfrentamos a ella, si la
miramos de frente, si somos valientes… nos está mostrando que hay algo en
nuestra vida que nos tendremos que replantear o incluso cambiar. Reflexionar
sobre nuestra propia vida será necesario para detectar qué nos está pasando y
de qué nos está avisando.
Como decía, existen diferentes trastornos de ansiedad e
incluso muchos de ellos derivan en crisis de angustia o ataques de pánico. Pero
no es necesario llegar a estos extremos para consultar con un psicólogo. La
ansiedad es una de las peores sensaciones con las que convive una persona y
pedir ayuda no es de débiles, es una señal de sensatez, valentía y autocuidado.
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