Hace
tiempo la palabra ansiedad sólo la utilizaban psicólogos, médicos y psiquiatras.
En
los últimos años, esta palabra es cada vez más conocida por cualquier persona de
nuestra sociedad actual. Un
dato significativo es que la mayoría de las consultas realizadas a psicólogos y
una gran parte de las que se realizan al médico de cabecera lo son por casos de
ansiedad.Desde
la psicología, se define la ansiedad como un estado continuo de preocupación y
tensión. Lo
más significativo de la ansiedad son sus síntomas, que en la mayoría de casos
son de tipo físico. Por
este motivo, la persona que sufre ansiedad suele consultar primero al médico
pensando que puede estar sufriendo alguna enfermedad física. Los
síntomas que acompañan la ansiedad varían según la persona, pero en general, los
más frecuentes son: inquietud o impaciencia, fatiga o cansancio, irritabilidad,
dificultad para concentrarse o dejar la mente en blanco, tensión muscular que
puede incluso generar contracturas , insomnio,
etc.Estos
síntomas suelen estar presentes de forma casi continua, de todos modos, hay
ocasiones en que esto termina dando como resultado lo que conocemos como "crisis
de angustia". Las
crisis de angustia suelen ser consecuencia de estados de ansiedad mantenidos
durante cierto tiempo. La
característica principal de las crisis es que suelen comenzar bruscamente y su
intensidad es más fuerte. Los
síntomas más intensos suelen aparecer en los primeros diez minutos y pueden ser,
entre otros: palpitaciones, sudoración, sensación de ahogo o falta de aire,
dolor en el pecho, mareo o sensación de perder el conocimiento ... Como
es evidente, cuando una persona sufre una crisis de angustia enseguida consulta
al servicio de urgencias porque el malestar es muy intenso. Cuando
es la primera vez que aparece, la persona se asusta muchísimo pensando que se
trata de un ataque al corazón o una enfermedad grave.En
cualquiera de los dos casos, está bien consultar al médico para descartar
cualquier enfermedad, pero en el caso de que el médico diagnostique que se trata
de ansiedad, debemos tener presente que ésta tiene un origen psicológico.
Cuando
intentamos resolver el problema únicamente con medicación, estamos intentando
acabar con los síntomas sin resolver el problema de fondo. A
mí me gusta poner el ejemplo de un iceberg: si únicamente tratamos los síntomas
es como si estuviéramos tratando la punta del iceberg, pero la causa (y por
tanto el verdadero problema) sigue en el fondo.De
toda forma, quiero dejar claro que en muchas ocasiones la medicación es muy
necesaria. Hay
casos en que la persona entra en un ciclo de ansiedad muy grande y la medicación
es muy importante para poder cortar este ciclo y que la persona recupere su
estado de tranquilidad. Aparte
de esto, sin embargo, es importantísimo que el paciente decida tratar el
verdadero problema de fondo que está causando esta angustia. Si
no es así, en muchos casos la medicación actúa sólo como un "parche" y cuando el
paciente la deja vuelven a aparecer los síntomas.En
todo caso, cuando la ansiedad aparece nos está dando la señal de que hay algo en
nuestra vida que nos tendremos que replantear o incluso cambiar. Reflexionar
sobre nuestra propia vida será necesario para detectar que nos está pasando y de
qué nos está avisando esta angustia.Respecto
a las causas de la ansiedad, varían en función de la persona. De
todos modos, es evidente que el ritmo de vida que se lleva en nuestra sociedad
tiene mucho que ver (correr por todo, tener la sensación de que no llegamos a
tiempo a ninguna parte, sensación de no descansar, de no tener tiempo para la
intimidad ...). Lógicamente, la situación de crisis actual en que hay carencia de algunas necesidades (trabajo, vivienda, etc.) influye muy directamente en aumentar el estado de ansiedad. En
otras ocasiones, después de haber sufrido un problema (incluso puede haber
pasado mucho tiempo), parece como si el cuerpo se hiciera cargo y pasara
factura. En
estos casos la persona suele sentirse muy descolocada, ya que no relaciona lo
que le está pasando con nada de su vida actual.
La
terapia psicológica es un recurso importante para ayudar a la persona a
superar este problema. Entender
el por qué del problema y cómo nos han influido las emociones pasadas que
generaron este problema, curará tanto el síntoma como el problema de
fondo.Afortunadamente
cada vez más, la sociedad está tomando conciencia de este problema tan extendido
y disponemos de muchos recursos para combatirlo (relajación, meditación,
medicación natural, fármacos ...). Pero
como decía hace un momento, estos recursos únicamente atacan el síntoma y el
problema de fondo puede quedar sin resolver.La
terapia psicológica es la herramienta básica para tratar la causa y no
únicamente el síntoma y poder conseguir una forma de vida más saludable y
plena.
Mª Carmen Gutiérrez Conde
Psicóloga col. nº 13.432
Directora de Creixement Global
Tel. 938646042 / 647413240